Al fin llegamos al local, mi respiración no daba a basto la gente corría y gritaba, el pánico reinaba en el lugar muchos estaban heridos, pero no de gravedad sólo eran raspones, moretones y alguna cortada pequeña en el rostro. Los vidrios del local estaba rotos, la ropa toda revuelta y tirada en el piso, las vendedoras gritaban de horror y pánico al ver a ese ser que estaba de espaldas a nosotras con ropas gigantes cómo ahorcaba a la joven encargada.
Su aspecto, lo delataba completamente, además su altura me era familiar… ya conocía a alguien que media casi lo mismo… era Tom con mi bolso en su puño.
_ ¡Tom! Soltá a la chica… por favor-dije y me acerqué sigilosamente para que no se asuste y me ataque.
_Por favor, ayuda…-susurro la joven y desmayó. Tom la soltó con violencia y la dejó caer como una bolsa. Se dio vuelta y me miró fijo. Su aspecto había cambiado, interiormente hablando. Ya no estaba tan confundido (o al menos eso creía el) tenía ideas fijas y metas torpes. El era un joven muy inteligente, tenía una faceta brillante como así también una muy bruta, tenía un instinto que lo volvía casi un animal salvaje… era tan poderoso como inocente. Su confusión hacia que la paranoia reine en su mente y tenía un terrible concepto de lo que en realidad pasaba y por eso actuaba de esa manera. Sonrió perverso.
_Shhh… tranquilo, no te voy a lastimar.-dije mientras esquivaba los estantes caídos con los brazos extendidos hacia adelante procurando que no se altere.
_ ¿Pero qué clase de perro bruto te crees que soy?-Mi asombro me detuvo… es decir ¿Cómo mierda en tan solo dos días ya podía hablar tan fluidamente si antes apenas podía pronunciar “Ayudar”? Y ahí fue cuando recordé lo de su capacidad e inteligencia.- ¿Asombrada?-dijo meneando su piercing al notar la fluidez con la que se expresaba.
_Bastante, tengo que admitirlo… ¿Dónde has estado?
_Ah, ahora te las das de amiguita.
_No me las doy de nada, nene. Yo siempre te quise ayudar, por eso llamé a Shasta…
_ ¡Mentira!-gritó y los pocos vidrios sanos que quedaban se terminaron de romper, una de las vendedoras gritó del miedo. Tom le echó una mirada asesina que la cayó para el resto de su vida.-Vos solo querés volver a meterme en ese pozo putrefacto, pero no vas a poder ¿Sabes? Yo tengo mis planes y este mundo no va a ser ni de Amalia, ni de Dios, ni suyo… va a ser MIO…
_ ¿De verdad pensas eso, Tom?-dije mirándolo con mala cara y cruzándome de brazos al oír semejante estupidez.
_Vas a ver…-dijo mientras sus ojos pardos se tornaban rojos y sus colmillos crecían.- ¿Dónde esta mi “hermanito”?-ironizó.
_Tom, no te puedo decir… por favor soltá ese bolso, no tiene nada importante. Vení y hablemos como dos seres civilizados. Deja de atormentar a esas pobres chicas que no tienen la culpa de nada y vení con nosotras-imploré. La cara de Tom cambió y pasó a ser reflexiva… miró hacia el suelo.
_ ¿De verdad te afecta que les haga daño?
_Si… y mucho, ellas no tienen nada que ver con esto. Merecen vivir tranquilas.
_ ¡Entonces, con más razón!-dijo y tomó a la que antes había gritado. Le halaba el cabello con fuerzas y la arrastró hacia mí.- Mirá como sufre… ahora decime dónde mierda está ese pendejo bolas rompidas.-Gy soltó una vulgar carcajada, Tom me miró enojadísimo.
_Se pronuncia ROTAS, no rompidas… y dale deja a esa chica, no vas a llegar a ningún lado así.
_Si, la chica tiene razón…- sollozó adolorida la joven. Tom reventó de la bronca y golpeó el rostro de la joven contra el suelo haciéndola sangrar. Su enojo aumentaba mas y mas con cada segundo que corría, entonces las luces se apagaron, el cielo se tornó turbulento y obscuro, las nubes comenzaron a tronar cada vez más fuerte, el viento comenzó a entrar al centro comercial y batía nuestros cabellos con violencia… todo empezó a degradarse convirtiéndose en negras cenizas que volaban rápido con el ventarrón. La ciudad completa se convierte en una enorme ruina gris y triste, con almas en pena llorando por todos lados. Solo estábamos la joven, Tom, Gy y yo.
Decido enfrentarme hacia él, sea como sea, algo de lo que recordaba de haber leído el libro de hechizos me podría ayudar. Tom estaba muy cómodo esperando a que le ataque. Cerré mis ojos y pronuncié en mi interior “Blitz”. Entonces, un enorme rayo cayó desde lo alto muy cerca de Tom, el lo esquivó como si se tratase de una simple bola de papel.
_ ¿De verdad vas a atacarme con eso?-se burló-Esperaba algo mejor de alguien que ya sabe de sus poderes desde hace tanto tiempo.
Me ofendió mucho, mi odio creció… y una enorme cantidad de rayos caían hacia el intentando darle, pero él los esquivaba sin problemas… me lanzo una bola de energía que me derribó e hizo que arrastrara mi cuerpo por el pasto. “Feuer”, medité.
Alrededor de Tom se predió una leve y tonta llama que con solo un hechizo de sople se apagó… pero, Shasta me había enseñado a quemar por dentro de un cuerpo solido, obviamente mi llama no sería potente si quería herir a Tom, no quería matarlo, solo agotarlo para quitarle mi bolso con Bill y Georg y mis cosas…
“No vas a saber lo que pienso, nena… olvidate.”-mierda, me ganó de antemano, él sabía que yo podía leer la mente y la bloqueó para no delatarse…
_ ¿Qué mierda me está pasando?
_Ardes, por dentro… ¿De verdad crees que soy tan inhábil?
Gritó del dolor y me empujó con su energía hacia un montón de escombros duros que me cortaron por todos lados. El, por las heridas provocadas por el ardor escupía sangre a cada rato.
Los dos estábamos muy adoloridos, pero no pensábamos rendirnos.
_Leiden!(dolor)-exclamó y caí al suelo revolcándome del dolor que sentía dentro de mi cuerpo, me consumía el cerebro, corría por mis venas, penetraba mis huesos… me hacía gritar con todo lo que podía. Gy corrió hacia mí e intentaba ayudarme en vano.
El dolor que sentía bloqueaba mis sentidos como para hacerme pensar en algún hechizo para contrarrestarlo y atacar a Tom.
De repente, desde el cielo se escuchó un ruido y las nubes dieron paso a una especie de cometa que caía desde el espacio para llegar a donde estábamos. Las rocas se rompen y una enceguecedora luz sale de allí, los destellos hicieron que Tom se caiga al suelo, de allí una hermosa y angelical figura asoma de allí era Shasta.
_ Pediste a tu hermano, vine en su nombre.
_No pienso pelear contra vos.
_ ¿Miedo?
_Orgullo.
_ Lamento decirte que no va a ser posible que el aparezca, está muy lejos de acá-Tom se enoja, me mira y el dolor comienza a ser aun mas grande, mi garganta ya sangraba de tanto gritar.- dejala en paz
_Traeme a Bill…
_No va a ser a tu manera, Tom- bramó enojado y un fuerte viento sacudió todo.
_ Entonces espero que disfrutes verla morir…-Comencé a sangrar mas y mas, ya casi no veía nada, mi vista se nubló, mis recuerdos inundaban mi mente.
Tantas cosas ocurridas, tantas locuras… Gy me zamarreaba energéticamente, lo que me hizo recordar cuando mi perra Nani murió, yo la zamarreaba de la misma manera… ahora que la recuerdo comienzo a extrañarla, como aquella vez que se perdió de casa y volvió una semana más tarde. Esa semana de desespero me recordaba a la semana en que mi madre fue operada. Los nervios que sentí en esos días eran inexplicables… había adelgazado muchísimo y llegue a estar anoréxica por los nervios. Desmayé… o eso creo…
De repente, no siento más dolor. No sentía el palpitar de mi corazón y mis sentidos se había agudizado menos el del tacto, no podía sentir nada de lo que tocaba. Mi cuerpo resultaba ser espeso y traslucido. “¿Qué carajos?”-pensé…
Comencé a sentirme culpable por todas las cosas malas que había hecho, todas las veces que me equivoqué y la culpa comenzó a ocupar mi corazón. A mis espaldas una resplandeciente luz cae dese lo alto y veo que una delicada mano se posa sobre mi hombro.
_No te sientas mal por nada, vos sos pura… pero deberías dejar de insultar un poco, una señorita no debe andar así por la vida.-Esa voz… yo la conocía muy bien, hacia muchísimo tiempo que no la oía, y de verdad la extrañaba, mas en los momentos en los que me sentía sola y sentía que nadie me quería, que estaba a la altura de un gusano y era inútil, cuánto tiempo si sentir esas caricias a la noche cuando descansaba, aun mas tiempo sin oír sus sabios consejos… esos ojos que siempre cambiaban de color según la hora, que a veces eran verdes, otras miel, otras veces pardos pero jamás dejaban de ser hermosos.
Su mirada colmada de amor siempre se posaba sobre mi luego de cometer un error. Ella era quien me consentía mas que a nadie en el mundo. Ella era la única persona que me podía llegar a entender con solo decirle dos palabras. Y sabia como me sentía sin que le dijera algo. Esa persona era mi segunda madre… ya no encuentro manera de describirla mas que con una palabra de seis letras: ABUELA… Mis lagrimas comenzaron a caer.
_Abuela!-la abrasé…-que hermoso es soñar con vos, todo se siente tan real-al fin podía sentir lo que tocaba, al fin podía sentir la suavidad de mi abuela y su aroma a rosas.
_ Nena, no estás soñando-dijo sonriéndome. La suelto, un frio me recorre.
_ Eh muerto?
_Si…
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